jueves, 23 de diciembre de 2010
AQUELLA TARDE
AQUELLA TARDE ESTABA PASEANDO POR LA PLAYA. ¡ME ENCANTA LA HORA DEL ATARDECER JUNTO AL MAR! ¡ES UNA HORA MÁGICA! LA LUZ SE SUAVIZA HASTA EL PUNTO DE SER AGRADABLE, LAS NUBES, QUE CAMBIAN POR SEGUNDOS, SE LLENAN DE TODOS LOS TONOS POSIBLES DE ROJO, ROSA, LILA, NARANJA. EL AZUL DEL CIELO SE ENTRISTECE Y SE CALMA, SE CONVIERTE EN AZUL RELAJACIÓN, EN EL AZUL DE LOS SUEÑOS, EN UN AZUL GRISÁCEO QUE POCO A POCO NOS VA DEJANDO PARA CEDERLE PASO A LA NOCHE. AQUELLA TARDE ME ENCONTRABA, COMO DE COSTUMBRE SIEMPRE QUE ESTOY JUNTO AL MAR, PASEANDO POR LA PLAYA. DE PRONTO, SIN MOTIVO APARENTE, EL MAR SE EMBRAVECIÓ COMO NUNCA LO HABÍA HECHO ANTES. SENTÍ MIEDO. SIEMPRE HE TENIDO UN GRAN RESPETO A LA NATURALEZA Y A SU FUERZA BRUTAL. SOLO ME DIO TIEMPO A DAR UNOS PASOS CUANDO SENTÍ QUE COMENZÓ A ARRASTRARME HACIA ÉL CON EL PODER SEDUCTOR DE UNA AMANTE INEVITABLE Y SENSUAL. INTENTÉ LUCHAR, DESGASTÉ TODAS MIS FUERZAS EN ALCANZAR LA INALCANZABLE ORILLA, QUE CADA VEZ SE ALEJABA MÁS DE MÍ O YO DE ELLA. EL CANSANCIO LOGRÓ QUE PERDIERA LA CONCIENCIA. DE LO QUE ME OCURRIÓ, NUNCA HE PODIDO RECORDARLO. SOLO SÉ QUE ME ENCONTRARON DESFALLECIDO SOBRE UNAS ROCAS DE LA PLAYA, QUE MI CUERPO ERA UNA SOLA HERIDA LLENA DE DOLOR, QUE ESTABA HELADO Y PÁLIDO COMO LA CERA VIRGEN, COMO EL LIENZO RECIÉN PREPARADO PARA PINTAR, COMO LA SABANA INMACULADA QUE ESPERA A LOS NUEVOS AMANTES, COMO LA PARED ENCALADA DE UNA PEQUEÑA CASA SOLITARIA Y FRÍA EN MEDIO DEL CAMPO.
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2 comentarios:
Hola Antonio, soy gran admiradora de Friedrich Caspar David, romántico Alemán, en tu relato no veo más que su obra "El caminante sobre el mar de nubes"1817-1818 lo cual me causa una grán satisfación.
CONOZCO LA OBRA QUE ME COMENTAS; PERO SÉ POCO DEL AUTOR. GRACIAS A TU COMENTARIO HE BUSCADO ALGUNA INFORMACIÓN Y VEO TU OPINIÓN MUY CERTERA. PARECE QUE ESTE HOMBRE SENTÍA PREDILECCIÓN POR LOS PAISAJES INQUIETANTES Y MISTERIOSOS.
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