ERA UN DÍA RUTINARIO, COMO DE COSTUMBRE. IBA CAMINO DEL TRABAJO, DESEANDO PODER TOMAR OTRA DIRECCIÓN Y PERDERME EN ALGÚN HERMOSO CAMPO PARA DISFRUTAR DEL RADIANTE DÍA QUE SE ABRÍA ANTE MÍ; PERO LA RESPONSABILIDAD, EL MIEDO, LA COBARDÍA NUNCA ME DEJARON TOMAR LA SALIDA. LAS OREJERAS QUE ME INCORPORARON AL NACER, Y QUE NUNCA HE CONSEGUIDO QUITARME, HAN LIMITADO SIEMPRE MI VIDA. SIEMPRE FUI UN CHICO BUENO Y CUMPLIDOR. ENSIMISMADO EN MIS PENSAMIENTOS, NO PUDE VER COMO SE ACERCABA. NO ME DI CUENTA DE SU PRESENCIA HASTA QUE NO SE PLANTÓ ANTE MÍ Y ME HABLÓ CON DESCARO. NO PODÍA CREER LO QUE ME ESTABA OCURRIENDO: UNA HERMOSA MUJER DESCONOCIDA SE DIRIGÍA A MÍ Y SUS OJOS ME PENETRABAN HACIÉNDOME DAÑO A LA VEZ QUE SENTÍA UN ENORME PLACER. ME PUSE VERDADERAMENTE NERVIOSO. ME QUEDÉ PARALIZADO, ENMUDECÍ, LAS PALABRAS SE ME QUEDARON ATRAPADAS EN LA GARGANTA, FORMANDO UN NUDO QUE ESTUVO A PUNTO DE AHOGARME. NO PODÍA CREER LO QUE ME ESTABA OCURRIENDO. ESTABA SEGURO DE QUE ERA UN SUEÑO, UNO DE ESOS SUEÑOS QUE SIEMPRE SE CORTAN ANTES DE LLEGAR A SU CULMINACIÓN, UNO DE ESOS SUEÑOS QUE NUESTRA DURA MORAL APRENDIDA Y ABSORBIDA DURANTE AÑOS SE ENCARGA DE HACER DESAPARECER ANTES DE PODER DISFRUTARLO. HUBO UN INSTANTE, INMEDIBLE EN EL TIEMPO, QUE PERDÍ LA CONCIENCIA. SIEMPRE QUE HE INTENTANDO RECORDARLO ME HA SIDO IMPOSIBLE HACERLO. FUERA LO QUE FUESE LO QUE OCURRIÓ NO SE QUEDÓ GRABADO EN NINGUNA PARTE DE MI MEMORIA; PERO SÉ QUE OCURRIÓ ALGO PORQUE CUANDO REACCIONÉ ME ENCONTRÉ EN UN BELLO PRADO, RODEADO DE HIERBA FRESCA, SUDADO HASTA EN LO MÁS PROFUNDO, CON UN OLOR QUE NUNCA PODRÉ OLVIDAR, PEGADO A MI CUERPO DE FORMA INDELEBLE, INCRUSTADO COMO UNA PIEDRA PRECIOSA. NUNCA CONTÉ A NADIE, HASTA HOY, LO SUCEDIDO. ¿QUIÉN PODRÍA CREERME?
sábado, 6 de noviembre de 2010
APARECIÓ SIN ESPERARLA
ERA UN DÍA RUTINARIO, COMO DE COSTUMBRE. IBA CAMINO DEL TRABAJO, DESEANDO PODER TOMAR OTRA DIRECCIÓN Y PERDERME EN ALGÚN HERMOSO CAMPO PARA DISFRUTAR DEL RADIANTE DÍA QUE SE ABRÍA ANTE MÍ; PERO LA RESPONSABILIDAD, EL MIEDO, LA COBARDÍA NUNCA ME DEJARON TOMAR LA SALIDA. LAS OREJERAS QUE ME INCORPORARON AL NACER, Y QUE NUNCA HE CONSEGUIDO QUITARME, HAN LIMITADO SIEMPRE MI VIDA. SIEMPRE FUI UN CHICO BUENO Y CUMPLIDOR. ENSIMISMADO EN MIS PENSAMIENTOS, NO PUDE VER COMO SE ACERCABA. NO ME DI CUENTA DE SU PRESENCIA HASTA QUE NO SE PLANTÓ ANTE MÍ Y ME HABLÓ CON DESCARO. NO PODÍA CREER LO QUE ME ESTABA OCURRIENDO: UNA HERMOSA MUJER DESCONOCIDA SE DIRIGÍA A MÍ Y SUS OJOS ME PENETRABAN HACIÉNDOME DAÑO A LA VEZ QUE SENTÍA UN ENORME PLACER. ME PUSE VERDADERAMENTE NERVIOSO. ME QUEDÉ PARALIZADO, ENMUDECÍ, LAS PALABRAS SE ME QUEDARON ATRAPADAS EN LA GARGANTA, FORMANDO UN NUDO QUE ESTUVO A PUNTO DE AHOGARME. NO PODÍA CREER LO QUE ME ESTABA OCURRIENDO. ESTABA SEGURO DE QUE ERA UN SUEÑO, UNO DE ESOS SUEÑOS QUE SIEMPRE SE CORTAN ANTES DE LLEGAR A SU CULMINACIÓN, UNO DE ESOS SUEÑOS QUE NUESTRA DURA MORAL APRENDIDA Y ABSORBIDA DURANTE AÑOS SE ENCARGA DE HACER DESAPARECER ANTES DE PODER DISFRUTARLO. HUBO UN INSTANTE, INMEDIBLE EN EL TIEMPO, QUE PERDÍ LA CONCIENCIA. SIEMPRE QUE HE INTENTANDO RECORDARLO ME HA SIDO IMPOSIBLE HACERLO. FUERA LO QUE FUESE LO QUE OCURRIÓ NO SE QUEDÓ GRABADO EN NINGUNA PARTE DE MI MEMORIA; PERO SÉ QUE OCURRIÓ ALGO PORQUE CUANDO REACCIONÉ ME ENCONTRÉ EN UN BELLO PRADO, RODEADO DE HIERBA FRESCA, SUDADO HASTA EN LO MÁS PROFUNDO, CON UN OLOR QUE NUNCA PODRÉ OLVIDAR, PEGADO A MI CUERPO DE FORMA INDELEBLE, INCRUSTADO COMO UNA PIEDRA PRECIOSA. NUNCA CONTÉ A NADIE, HASTA HOY, LO SUCEDIDO. ¿QUIÉN PODRÍA CREERME?
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