LA NOCHE INVITABA AL PASEO. LAS HORAS SE ETERNIZABAN SOBRE LA MESITA DE NOCHE. DECIDÍ SALIR A LA CALLE A RESPIRAR, A TOMAR EL POCO AIRE QUE SE MOVÍA ENTRE LA ARBOLEDA DEL PARQUE QUE TENÍA FRENTE A MI APARTAMENTO. LA LUNA HABÍA DESAPARECIDO. HACÍA NOCHES QUE NO SE LA VEÍA, PARECÍA NO TENER GANAS DE CHARLA CON NADIE.LAS SOMBRAS DOBLES QUE PROYECTABAN LAS FAROLAS DE MÍ SOBRE EL SUELO DE LA CALLE ME HACÍAN PENSAR EN TODAS LAS PERSONAS QUE SE ALBERGAN EN UN SOLO CUERPO, EN TODAS LAS DIFERENTES MANERAS DE ENFRENTARSE A LA VIDA.¡ SOMOS TANTOS EN UNO!
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