HE DEJADO DE HUIR. AHORA COLOCO MI FRENTE ANTE LA SUYA Y LA EMBISTO CON TODA LA FUERZA QUE NO CREÍA TENER. SIENTO QUE LA SANGRE ME ENTRA EN LOS OJOS Y EN LA BOCA; PERO NO DEJO DE GOLPEAR. SOLO UNO DE LOS DOS PUEDE SOBREVIVIR Y ÉL SIGUE DEMASIADO VIVO TODAVÍA.
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