POR FIN SE DESPIDE DE LA VIDA POLÍTICA EL SER MÁS DESPRECIABLE QUE HA REGIDO LA PRESIDENCIA DE UN PAÍS IMPRESENTABLE POR SU PREPOTENCIA Y EGOCENTRISMO.
SÓLO LE DESEO LO QUE ESCUCHÉ UNA VEZ A UNA GITANA CON MUCHA ARTE Y MÁS MALA LECHE: "QUE NO SE MUERA NUNCA; PERO QUE ESTÉ SIEMPRE MUY MALITO, MUY MALITO".
ADIÓS Y QUE LE VAYA FEÍTO, FEÍTO.
LÁSTIMA QUE EL ZAPATO NO LE HUBIERA PARTIDO LAS NARICES. ASÍ NO ESTARÍA EL RESTO DE SU VIDA OLIENDO A LA MIERDA QUE HA ESPARCIDO POR TODO EL MUNDO
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