martes, 12 de mayo de 2009

UN HOMBRE FELIZ


UN DÍA, HACE MUCHO TIEMPO, CUANDO TODAVÍA YO ERA PEQUEÑITO Y CONOCÍA POCO DE LA VIDA, VI UN HOMBRE FELIZ. IBA POR LA CALLE CON UNA SONRISA DE OREJA A OREJA Y UNA CARA DE GILIPOLLAS IMPRESIONANTE. YO ME QUEDÉ SIN PALABRAS. NUNCA HABÍA VISTO UN ESPECTÁCULO SEMEJANTE DE ESTUPIDEZ, Y ME LLAMÓ MUCHO LA ATENCIÓN DE CUÁL PODÍA SER EL MOTIVO DE QUE ESE HOMBRE LLEVARA TAN PERMANENTEMENTE ESA SONRISA TAN RIDÍCULA. NI CORTO NI PEREZOSO, ME PLANTÉ FRENTE A ÉL Y LE PREGUNTÉ QUE PORQUÉ SONREÍA. ÉL SE QUEDÓ MUY SORPRENDIDO POR MI PREGUNTA, CREO QUE NO LA ENTENDIÓ. SIMPLEMENTE ME MIRÓ CON SORPRESA Y ME DIJO QUE ERA FELIZ. LA VERDAD ES QUE DESPUÉS DE ESA RESPUESTA FUI YO EL QUE QUE ME QUEDÉ CON CARA DE TONTO. NO SABÍA QUE ERA ESA PALABRA. NUNCA LA HABÍA APRENDIDO; Y DESDE ENTONCES ESTOY INTENTANDO COMPRENDERLA, PERO NO LO CONSIGO. MIS DICCIONARIOS NO LA CONTIENEN Y MIS AMIGOS NUNCA HAN OÍDO HABLAR DE ELLA. ALGUNAS VECES IMAGINÉ QUÉ PODÍA SIGNIFICAR. IGUAL TENÍA QUE VER CON ALGÚN TIPO DE DEFICIENCIA MENTAL O GRADO EXTREMO DE LOCURA. LO CIERTO ES QUE AQUEL HOMBRECILLO, CON AQUELLA SONRISA, NO SE ME QUITA DE LA CABEZA Y A VECES ME DESPIERTO EN LA NOCHE SUDANDO, CON SU IMAGEN MARTILLEÁNDOME EL CEREBRO. ES UNA VERDADERA TORTURA. CUANDO ME OCURRE NO LOGRO CONCILIAR DE NUEVO EL SUEÑO Y TENGO QUE SALIR A PASEAR POR LAS CALLES SOLITARIAS, ROGANDO QUE NO VUELVA A TENER LA PESADILLA DE ENCONTRARME NUNCA MÁS A ESE HOMBRE FELIZ QUE TANTO DAÑO ME HA HECHO DESDE QUE LO VI.

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