"Cuando Samuel Aranda llegó a la escena no podía imaginar que estaba ante uno de esos momentos que te cambian la vida. Y mucho menos que aquella imagen daría la vuelta al mundo. Era 15 de octubre y el caos llenaba las puertas de aquella mezquita de Yemen que usaban como improvisado hospital de campaña.
“Todo fue muy rápido –dice Samuel- fueron sólo 20 o 30 segundos… la mujer llegó con su familiar y enseguida se metieron dentro para atenderlo”.
Samuel fotografiaba los disturbios de Saná cuando entre gritos y caos, aquella instantánea paralizó el mundo. “Desde el primer momento, desde que apreté el disparador sentí que era una imagen fuerte, distinta. Allí, a la puertas de aquel hospital sólo había gritos y heridas… y en medio de todo esa locura vi a esa mujer tapada, abrazando a su familiar con tanto cariño y con una entereza tan espectacular en medio del caos y de la tragedia...". El herido había sido alcanzado por el fuego de los francotiradores que reprimían las manifestaciones en Saná, pero Aranda confirma que está a salvo: "Sé que está bien y hoy mismo descubrí, además, que la mujer era la madre del herido".
Aranda estaba solo en Yemen así que el primero en ver la foto fue su editor, del New York Times y, por su reacción, Samuel supo que sería una foto importante: “Le mandé una secuencia con varias imágenes… enseguida me mandó un mail y me dijo que esa foto era espectacular”. Pero no todo el mundo pensó lo mismo, porque aquellos rumores que sonaban de que algún editor de otro medio de comunicación rechazó el reportaje de este fotógrafo español son ciertas: “No puedo decirte quien –dice Samuel entre risas-, pero sí, le ofrecí el reportaje a un cliente y rechazó las fotos porque no le gustaron… Pero hay buena relación. Ya me ha llamado para felicitarme”.
Pese al reconocimiento internacional y las ‘sobredosis’ de entrevistas durante estos dos días, Samuel Aranda conserva la entereza. “Lo que más me gusta del premio –dice- es que ha servido para que estos días la gente vuelva a mirar hacia Yemen”. Y, pese al vértigo, tampoco pierde la humildad: “No sé si ésta es mi mejor foto –asegura Aranda-. Por supuesto que es la que más repercusión ha tenido… pero no sé si es la que más me gusta, porque todo fue demasiado deprisa y yo no conocía personalmente a sus protagonistas. He trabajado en otros proyectos en los que acabo teniendo una relación más cercana con las imágenes porque paso más tiempo con la gente y se generan otros vínculos. Tengo, por ejemplo, unas fotos con inmigrantes, con las que pasé dos semanas en el desierto conviviendo con ellos, que yo considero que son mejores fotografías. Pero es, en el fondo, porque tengo una relación más cercana con las imágenes, con los momentos o con las personas que aparecen en ellas.
Y es que resumir una vida en imágenes es complicado. Samuel Aranda lo sabe muy bien y por eso le cuesta elegir alguna a la que ostentarle el galardón de su mejor instantánea. No hace falta. El World Press Photo lo ha hecho por él. Y su imagen, elegida entre más de 100.000 está lista para pasar a la historia."
SAMUEL ARANDA
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