SIEMPRE FUI TONTO Y BUENO. NUNCA FUI UN ILEGAL. SIEMPRE EN LA ESCUELA ME SENTABAN EN LAS PRIMERAS FILAS, EN LAS FILAS DE LOS BUENOS, DE LOS APLICADITOS, DE LOS QUE NO ROMPEN PLATOS, DE LOS TONTOS QUE NO SE ATREVÍAN A DESOBEDECER AL MAESTRO, QUE LO RESPETABAN POR ENCIMA DE TODAS LAS COSAS, HASTA POR ENCIMA DE LOS IMPULSOS MÁS PRIMARIOS. SÓLO UN DÍA SE ME ESCAPO UN PEDO EN LA CLASE, ESO SI SIN SONIDO PERO BIEN OLOROSO, Y LO PASÉ FATAL PORQUE EL MAESTRO EN UN AFÁN DETECTIVESCO SE PROPUSO DESCUBRIR AL CULPABLE Y YO QUE NO SABÍA NI PODÍA MENTIR POR MIS CREENCIAS RELIGIOSAS ESTABA VERDADERAMENTE ACOJONADO QUE ME DESCUBRIERA Y ME PUSIERA LA MANO HINCHADA A PALOS.
COMO DECÍA SIEMPRE FUI TONTO Y BUENO Y NO SUPE DISFRUTAR EN MI INFANCIA NI EN MI PRIMERA JUVENTUD DE LAS GAMBERRADAS QUE TANTO SE RECUERDAN DESPUÉS DURANTE TODA LA VIDA, QUE TANTO TEMA DE CONVERSACIÓN DAN Y CON LAS QUE TE LO PASAS BOMBA RELATÁNDOLAS.
PERO EL CHICO TONTO Y BUENO DESCUBRIÓ SU VÁLVULA DE ESCAPE, SU PINTURA, QUE LE PERMITE HACER TODAS LAS GAMBERRADAS QUE QUIERE SI HACER DAÑO A NADIE, QUE LE PERMITE DESTROZAR LO SAGRADO, ESCUPIR SOBRE LO CORRECTO, DESARMAR LAS ALMAS CÁNDIDAS COMO LA MÍA Y MEARME Y CAGARME EN ELLAS. ¡MANERAS DE VIVIR!
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