ÉRASE UNA VEZ UN HOMBRE QUE SE CAYÓ DENTRO DE UN MIERDA, UNA ENORME MIERDA, UNA INMENSA MIERDA QUE LO ABARCABA TODO. SE PUSO HASTA LAS CEJAS. Y LO MALO DE TODO ES QUE NO SABÍA CÓMO SALIR DE ELLA, QUE NO TENÍA LOS HUEVOS SUFICIENTES DE EXTENDER LA MANO HASTA LO IMPOSIBLE Y AGARRARSE A ALGÚN TRONCO DE LA ORILLA, NO TENÍA EL CORAJE-QUE SE LE SUPUSO EN LA MILI- PARA MANDAR TODO A LA MIERDA E IRSE DE ELLA. ERA UN VERDADERO INÚTIL PARA ESTOS MENESTERES DE SABER QUITARSE A TIEMPO DE LA QUEMA.
LO CIERTO ES QUE AHÍ SIGUE, ATRAPADO EN EL INMENSO MOJÓN, ESPERANDO NO SABE QUÉ QUE LO SAQUE DE ÉL.
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