miércoles, 29 de abril de 2009

ÉRASE UNA VEZ


ÉRASE UNA VEZ UN HOMBRE QUE SE CAYÓ DENTRO DE UN MIERDA, UNA ENORME MIERDA, UNA INMENSA MIERDA QUE LO ABARCABA TODO. SE PUSO HASTA LAS CEJAS. Y LO MALO DE TODO ES QUE NO SABÍA CÓMO SALIR DE ELLA, QUE NO TENÍA LOS HUEVOS SUFICIENTES DE EXTENDER LA MANO HASTA LO IMPOSIBLE Y AGARRARSE A ALGÚN TRONCO DE LA ORILLA, NO TENÍA EL CORAJE-QUE SE LE SUPUSO EN LA MILI- PARA MANDAR TODO A LA MIERDA E IRSE DE ELLA. ERA UN VERDADERO INÚTIL PARA ESTOS MENESTERES DE SABER QUITARSE A TIEMPO DE LA QUEMA.

LO CIERTO ES QUE AHÍ SIGUE, ATRAPADO EN EL INMENSO MOJÓN, ESPERANDO NO SABE QUÉ QUE LO SAQUE DE ÉL.

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