jueves, 25 de septiembre de 2008

CAPÍTULO3 DE "LUIS FERNANDO Y SU NUEVA VIDA"


OBSERVABA SU TALLER. SE SENTÍA EMOCIONADO AL CONTEMPLAR AQUELLAS PAREDES VACÍAS QUE IRÍAN LLENÁNDOSE DE SUS PINTURAS. EN UN IMPULSO INTUITIVO COGIÓ SU CARTERA, SACÓ DE ELLA SU CARNET DE IDENTIDAD Y SE QUEDÓ LEYENDO SU NOMBRE COMPLETO: LUIS FERNANDO RUBIO REINA. NO LE GUSTABA PARA FIRMAR SUS OBRAS, TENÍA QUE CAMBIARLO, PRESCINDIR DE ALGO; SOBRE TODO DE SU NOMBRE COMPUESTO, LE RESULTABA RIDÍCULO COMO SU ANTIGUA VIDA, PARECÍA EL NOMBRE DE UN PERSONAJE DE TELENOVELA SUDAMERICANA MALA. A PARTIR DE AHORA SERÍA SIMPLEMENTE LUIS, LUIS RUBIO REINA. A SUS APELLIDOS SI LES TENÍA UN APRECIO ESPECIAL, SIGNIFICABAN MUCHO PARA ÉL.

SE DIO CUENTA DE QUE NECESITABA SOPORTES, PINTURAS Y PINCELES PARA SUMERGIRSE EN ÉL Y ESTALLAR LLENANDO PANELES CON SUS MÁS ÍNTIMOS SENTIMIENTOS, CON SUS PENSAMIENTOS INDESCIFRABLES, CON SU LOCURA IMPRESCINDIBLE.

SE APROVISIONÓ DE TODO LO NECESARIO, HASTA DE ALGO DE COMIDA Y SE LANZÓ COMO UN ANIMAL DISPUESTO A DEVORAR SU PRESA. NO TENÍA NINGÚN PENSAMIENTO PREVIO, NINGUNA INTENCIÓN CONSCIENTE; SÓLO GANAS DE PINTAR, DE VACIARSE EN SU OBRA, DE LLENAR DE ÉL TODOS LOS VACÍOS.

SUS CUADROS SE IBAN HACIENDO SIN CONTROL, TRAZABA TRAZOS QUE CONVERTÍA EN FIGURAS, LANZABA MANCHAS QUE SE EXTENDÍAN DÁNDOLES EL SENTIDO QUE EN UN PRINCIPIO NO TENÍAN. EL MOVIMIENTO DE SUS BRAZOS MANDABA SOBRE ÉL POR INSTANTES, A VECES TOMABA EL CONTROL, OTRAS LO PERDÍA DEFINITIVAMENTE. SÓLO IMPORTABA EL RESULTADO. EL CAMINO NO ESTABA TRAZADO, SE IBA ABRIENDO CON CADA PINCELADA; A BORBOTONES, COMO UNA HERIDA GRANDE Y PROFUNDA. ESTABA DISPUESTO A DESANGRARSE, A CONVULSIONAR, SI ERA PRECISO, SOBRE SUS OBRAS; A LLENARLAS DE TODA LA VIDA QUE AHORA LE REBOSABA.

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