"La derecha de hoy es un monstruo amable al que es difícil resistirse. Promete felicidad y bienestar generalizado. Gracias a su dominio de las técnicas de la propaganda y de la imagen, es la fuerza dominante en los inicios del siglo XXI.
El profesor de la Universidad de Roma Raffaele Simone acaba de publicar en España un polémico libro en el que intenta responder a la pregunta de si el mundo se vuelve de derechas. Una derecha global, una neoderecha, a la que ha bautizado como “el monstruo amable” (Editorial Taurus).
Ese monstruo de “rostro sonriente” se ha encaramado en el poder en la mayoría de los países del occidente más desarrollado con la falsa promesa de un paraíso imposible. Elección tras elección, la neoderecha, se ha apoderado de la Unión Europa y hoy el 95% de sus 500 millones de habitantes están gobernados por partidos conservadores. La próxima pieza es Andalucía.
También aquí, el monstruo amable está a las puertas de alcanzar el poder. Enfrente tiene a una izquierda dividida, desarbolada y quién sabe si rendida. Al PSOE andaluz podría aplicársele el símil que utiliza Joaquín Estefanía, prologuista del profesor Simone: es una izquierda desteñida, como la cerveza sin alcohol. Atacada además por el virus de la corrupción, añado.
A su izquierda, resiste Izquierda Unida (IU), por ahora incapaz de recoger todo el desconcierto y el descontento del votante socialista. Las encuestas apenas si le dan un diputado más. Porque también sufre algunos de los males que aquejan a su pariente socialdemócrata: la desunión.
Al líder andaluz de IU, Diego Valderas, le temblaron las piernas cuando se le propuso formar una plataforma con diversas formaciones de izquierda, exceptuando al PSOE, para hacer frente a la neoderecha, que acude a las urnas en cerrada y compacta formación.
Con los nacionalistas andaluces (que con Pilar González al frente han vuelto a su antigua posición ideológica de centro-izquierda), los ecologistas de Equo, formaciones independientes y los rebotados de la propia IU, Valderas podría haber encabezado un frente amplio de izquierdas que habría recogido miles de votos que se van a perder por el desaguadero de la ley D’Hont. No pudo ser. Y es una pena.
Pero faltan 25 días para la cita con las urnas y la remontada es posible. Está en manos de la izquierda lograr el milagro. Algunas encuestas independientes arrojan un rayo de esperanza: el PP retrocede lo suficiente como para no alcanzar la mayoría absoluta. Lo que dejaría en manos del PSOE y de IU la posibilidad de alcanzar un acuerdo de gobierno que cerrara el paso a la derecha.
Una derecha que aquí es menos neo, menos nueva, porque la lidera un hombre, Javier Arenas, que lleva tres décadas en política y otras tantas derrotas en su intento de conquistar la presidencia de la Junta.
Una campaña bien planteada por IU, solvente y realista, podría todavía frenar a la derecha. Es cierto que el PSOE ha cometido enormes errores en los últimos tiempos y que debería sufrir un severo castigo que lo obligue a rectificar y recuperar el tiempo y la senda perdida. Pero es también cierto que una victoria popular en Andalucía dejaría España teñida de azul y un poder desorbitado en manos del monstruo amable.
Siguiendo al profesor Simone, “la izquierda debe buscar sin tregua nuevos contenidos que estén a la altura de los tiempos, una tarea terriblemente difícil”. Los viejos problemas, aunque disfrazados, siguen estando ahí: la explotación, la desigualdad, la escasez para muchos y la superabundancia para unos pocos. Las armas para combatirlos, también están ahí: la igualdad, la solidaridad, la justicia, la libertad.
El tiempo apremia. Como concluye el profesor Simone su libro: “El tiempo que queda es muy poco”. En Andalucía, solo 25 días."
ROMÁN OROZCO ("EL PAÍS" DEL 1-3-2012)
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